Un trágico accidente aéreo ocurrió en el estado Amazonas, Venezuela, donde un avión de la Aviación Militar Bolivariana se precipitó a tierra, resultando en la muerte de siete personas, incluyendo al copiloto. Según el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, el avión transportaba a miembros de la comunidad indígena Yanomami hacia una población en el municipio del Alto Orinoco y se disponía a regresar con materiales y equipos del Consejo Nacional Electoral (CNE) en el marco de la operación electoral que se llevó a cabo el pasado domingo. La caída del avión tuvo lugar a las 08:30 de la mañana hora local, generando una conmoción en el país por la pérdida de vidas y la gravedad de la situación.

El avión involucrado en el accidente es un Cessna Grand Caravan C-208B, identificable por las siglas AMB-4292, y estaba bajo el mando del mayor Yonkers Atahualpa Salimey Rujano. Además, el capitán Luis Alberto Durán Caripa se desempeñaba como copiloto, y la teniente Valerie Julbet Valentiner Vera era la jefa de la máquina. El ministro Padrino se pronunció sobre la tragedia, recordando al capitán Durán como un militar que sirvió a su país con dedicación y lealtad. Este incidente ha pesado fuertemente en la moral de la Fuerza Armada, que lamenta la pérdida de sus hermanos indígenas así como de sus propios efectivos.

En respuesta al desastre, el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, anunció que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana abrirá una investigación para esclarecer las circunstancias del accidente. La indagación, solicitada por el presidente Nicolás Maduro, tiene como objetivo determinar las posibles causas que llevaron a la caída del avión y garantizar que se tomen medidas adecuadas para prevenir futuros incidentes. Las autoridades buscan respuestas en medio de un clima de inquietud e incertidumbre por la seguridad de las operaciones aéreas militares en el país.

Cabe recordar que este no es un caso aislado, ya que en enero pasado se reportó un accidente similar que dejó tres militares muertos cuando su avión se estrelló en una región montañosa de Caracas. En esa ocasión, el Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC) identificó a las víctimas como el teniente coronel Alejandro Perozo Espinel, el primer teniente José Alejandro Almazán Barragán y el sargento mayor de segunda Eduardo Rodríguez. Estos incidentes ponen de relieve los retos que enfrenta la aviación militar en Venezuela y la importancia de garantizar la seguridad de sus operaciones.

A medida que se realizan las investigaciones y se recuperan los heridos, la comunidad venezolana se une en duelo, expresando su solidaridad con las familias afectadas por esta tragedia. La falta de información precisa y la necesidad de acciones correctivas son temas prioritarios en este momento. Las próximas semanas serán cruciales no solo para esclarecer este accidente, sino también para reforzar la confianza pública en la seguridad de las operaciones aéreas que involucran a la comunidad indígena y a las fuerzas militares del país.