Balance inicial de la Ley Karin: más de 4.800 denuncias y un cambio cultural en los espacios laborales

A dos meses de la entrada en vigencia de la Ley Karin, diseñada para prevenir, investigar y sancionar el acoso laboral, sexual y la violencia en el trabajo, las cifras revelan un impacto significativo. Según el Ministerio del Trabajo, durante el primer mes se registraron 4.820 denuncias y 1.852 atenciones psicológicas, mostrando la urgencia de abordar estas problemáticas en el ámbito laboral.


Un cambio cultural en marcha

La Ley Karin, impulsada en el marco del Convenio 190 de la OIT, tiene como eje central la prevención sobre la sanción, buscando generar espacios laborales saludables y respetuosos. La ministra del Trabajo, Jeannette Jara, destacó la relevancia de esta normativa:

«El corazón de la Ley Karin está en generar espacios laborales saludables y respetuosos, promoviendo una cultura de bienestar basada en el respeto mutuo».

Para expertos como Carla Rojas, coordinadora del Observatorio de Gestión de Personas de la Universidad de Chile, la normativa no solo representa un marco legal, sino una herramienta para fomentar una transformación cultural profunda:

«No basta con tener una política escrita; se necesita sensibilización continua para educar y psicoeducar sobre los riesgos y efectos de la violencia y el acoso».


Cifras clave del primer mes

Entre el 1 y el 31 de agosto, la Ley Karin ha generado importantes avances en términos de denuncias y acciones preventivas:

Denuncias recibidas

  • 4.820 denuncias totales, de las cuales:
    • 3.844 provienen del sector privado (76%).
    • 976 provienen del sector público (24%).
  • En el sector privado, el 68% de las denuncias fueron realizadas por mujeres, mientras que en el sector público esta cifra alcanza el 77%.

Atenciones psicológicas

  • 1.852 atenciones tempranas fueron brindadas a trabajadores afectados por situaciones de acoso o violencia.

Capacitación

  • Más de 102.000 actividades de asistencia técnica y difusión se llevaron a cabo, llegando a 98.000 empleadores.
  • 50.700 personas participaron en actividades de formación, con un enfoque preventivo.

Regiones y sectores con mayores denuncias

Regiones

  • La Región Metropolitana lidera las denuncias, concentrando:
    • 29% en el sector privado.
    • 34,6% en el sector público.

Sectores productivos

  • El comercio al por mayor y al por menor, junto con la reparación de vehículos automotores, encabezan las denuncias con un 19,6%.
  • Otros sectores destacados incluyen servicios administrativos y enseñanza.

Desafíos pendientes y responsabilidad compartida

Aunque los avances son evidentes, expertos y autoridades coinciden en que la implementación de la Ley Karin enfrenta desafíos significativos:

  1. Educación y sensibilización constante:
    Carla Rojas enfatizó que el cambio cultural requiere una acción preventiva sólida y la normalización del diálogo preventivo: «No se trata solo de atender denuncias, sino de crear una cultura donde el respeto y la inclusión sean pilares fundamentales».
  2. Fortalecimiento de protocolos:
    El subsecretario de Previsión Social, Claudio Reyes, instó a las empresas a priorizar la prevención: «Es esencial que tanto empleadores como trabajadores comprendan la importancia de la prevención. No podemos limitarnos a reaccionar ante las denuncias».
  3. Gestión de riesgos por parte de empleadores:
    La superintendenta de Seguridad Social, Pamela Gana, destacó la necesidad de que los empleadores identifiquen y gestionen los peligros asociados a la violencia laboral.
  4. Inclusión de género y combate a estereotipos:
    Rojas subrayó que los estereotipos de género refuerzan dinámicas de poder desiguales en los espacios laborales, lo que expone especialmente a las mujeres: «El acceso limitado de las mujeres a cargos de poder y los roles perpetuados por estereotipos contribuyen a que sean víctimas de esta violencia».

Hacia un entorno laboral más inclusivo y respetuoso

Los primeros meses de la Ley Karin evidencian un avance significativo en la lucha contra el acoso y la violencia en el trabajo. Sin embargo, sostener este esfuerzo en el tiempo requerirá el compromiso de empleadores, trabajadores y sindicatos, además de una educación continua y una cultura laboral basada en el respeto mutuo.

La Ley Karin no solo es una herramienta punitiva, sino una oportunidad para transformar los espacios laborales de Chile en lugares más inclusivos, equitativos y seguros para todos.

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