Día Mundial del Ahorro de Energía: cómo podemos contribuir

Como cada año desde 2012, el 21 de octubre se celebra el Día Mundial del Ahorro de Energía, una jornada que busca promover un cambio de hábitos de consumo para un uso más responsable y eficiente de la energía y con ello generar un menor impacto tanto en el medio ambiente como en los recursos naturales.

Sin que el ahorro energético en nuestro día a día tenga que implicar una pérdida de calidad de vida, hay numerosos gestos que pueden ayudarnos en este objetivo: desde la movilidad sostenible hasta ser cuidadosos con el uso en el hogar de electrodomésticos o aparatos electrónicos.

Consejos para ahorrar energía con nuestros dispositivos

Precisamente dentro del ámbito personal tenemos en nuestra mano la posibilidad de ahorrar energía con el uso nuestros dispositivos tecnológicos con algunos sencillos consejos:

  • Desconecta el cargador cuando no esté en uso.
  • Utiliza el modo ahorro de energía cuando no necesites tu dispositivo móvil al 100%.
  • Ajusta el brillo de la pantalla o configúralo para que se ajuste automáticamente.
  • Antes de comprar un móvil, fijarnos en el consumo y la duración de la batería.
  • Apaga el router cuando vayamos a estar muchas horas sin utilizarlo.
  • Evita dejar los equipos conectados en modo standby, porque a pesar de que no estén encendidos, siguen gastando electricidad.
  • Utiliza regletas eléctricas con interruptor.

Específicamente aplicado a alargar la batería del teléfono móvil, también podemos seguir una serie de recomendaciones que nos ayudarán en el ahorro energético, como:

  • No cargarlo hasta que la batería no esté por debajo del 15%-20%.
  • Usa el cargador de la marca oficial.
  • Apaga el móvil durante una noche completa al menos una vez por semana.
  • No sometas el móvil a temperaturas extremas.

Digitalización para un uso eficiente de recursos energéticos

Sea por una cuestión de concienciación ecológica o por ahorro económico, la importancia de un consumo energético sostenible es un asunto cada vez más presente en la sociedad. Herramientas como el Internet de las Cosas (IoT por sus siglas en inglés), el Big Data o la Inteligencia Artificial hacen posible una mejor gestión de la energía desde su producción hasta su consumo.

Por poner un ejemplo concreto, gracias a la digitalización de la red eléctrica se produce una aceleración de la transición energética, una digitalización que se sostiene en tres pilares: los sensores y actuadores, la conectividad y el tratamiento de datos. Y es que recoger y registrar información no es suficiente per se¸ siendo necesario trasladar esa información donde pueda ser tratada, evaluada y analizada, y para ello resultan imprescindibles las redes de comunicaciones.

La hiperconectividad y la transformación digital requieren de mayores esfuerzos energéticos ya que las infraestructuras deben adaptarse a una demanda que no para de crecer. Y para que no suponga un problema, se han desarrollado tecnologías como el 5G que es hasta un 90% más eficiente que la 4G en términos de consumo de energía por unidad de tráfico (W/Mbps), junto a otras herramientas que permiten reducir las necesidades de consumo. Redes que pueden alimentarse con energía renovable para minimizar su impacto ambiental.

Multitud de sectores económicos -transporte, salud, educación, energía, industria, agricultura… – utilizan la conectividad de manera cada vez más intensiva, y el Internet de las Cosas ayuda a controlar y optimizar el uso que se realiza en estos espacios de trabajo tan intenso, y con los datos de consumo que recogen los distintos sensores se puede elaborar planes para el control de gasto energético.

En líneas generales, la digitalización ayuda a:

  • Mejorar la gestión de recursos energéticos y naturales como agua, electricidad o gas.
  • Optimizar la producción de energía con fuentes limpias y convencionales.
  • Reducir el consumo de energía en horas, espacios públicos y comerciales o empresas sensorizando el entorno.

¿Qué hace Telefónica?

El compromiso de Telefónica para luchar contra el cambio climático puede comprobarse de forma evidente con un simple dato: hemos reducido el consumo total de la compañía un 7,4% mientras que el tráfico de datos ha incrementado un 7,2%.

Gracias a la electricidad de fuentes renovables y la mejora en eficiencia energética, las emisiones de gases de efecto invernadero (Alcances 1, 2 y 3) en tan solo 7 años se han reducido un 51%. Además, se han evitado 81,7 millones de toneladas de CO2 en clientes, gracias a los productos y servicios de la compañía.

Estos y otros muchos datos relevantes materia económica, ambiental, social y de gobierno se pueden consultar en el Informe de Gestión y Sostenibilidad 2022 y en nuestro Plan de Acción Climática.

Economía circular para reducir el consumo de energía

La estrategia en materia de sostenibilidad de Telefónica también pasa por potenciar la economía circular, con el objetivo Residuo Cero para el año 2030.

La economía circular es una herramienta que ayuda a reducir el consumo de energía, ya que con la reutilización se evita el consumo de energía que supondría fabricar un producto nuevo y con el reciclaje evita la extracción de nuevas materias primas al transformar residuos en recursos. Además, también puede contribuir al ahorro si se considera su consumo y eficiencia desde el diseño de equipos.

Por ello, la compañía:

  • Cada año reutiliza más de cuatro millones de equipos electrónicos de operaciones, oficinas y clientes y recicla el 98% de residuos.
  • Integra criterios de economía circular en la compra de equipos y considera la eficiencia energética en el diseño.

Así pues, intentar ayudar a que se reduzca el consumo de energía es una tarea que nos atañe a toda la sociedad y donde cada uno, en mayor o menor medida, puede aportar su granito de arena.

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