En un mundo donde la conciencia ambiental y social crece de manera exponencial, las empresas y los inversionistas están ante una oportunidad dorada para liderar un cambio hacia un futuro verdaderamente sostenible. Margarita Ducci, directora ejecutiva del Pacto Global Chile, enfatiza que la integración de criterios ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza) no solo representa una responsabilidad ética, sino que se ha convertido en una estrategia fundamental para el éxito empresarial a largo plazo. Ignorar estos criterios podría ser considerado un error estratégico grave, especialmente en un tiempo donde el cambio sostenible ya deja de ser una opción y se transforma en una necesidad urgente para la continuidad de los negocios.
Si bien Hispanoamérica enfrenta desafíos significativos como la desigualdad social y la dependencia de industrias extractivas, también alberga oportunidades que no deben ser subestimadas. En Chile, por ejemplo, la escasez de infraestructura adecuada debe ser vista como un incentivo para la innovación y la implementación de prácticas ESG, que no solo pueden ayudar a mitigar estos problemas, sino que también favorecen la competitividad empresarial. Las empresas que implementan estrategias sostenibles pueden no solo mejorar su imagen ante los consumidores, sino también mejorar su eficiencia operativa y reducir costos a largo plazo, todo lo cual es fundamental en un entorno económico cada vez más volátil.
El avance hacia un futuro más sostenible en Chile se manifiesta claramente en la adopción de tecnologías limpias. Con abundantes recursos solares y eólicos, el país tiene el potencial de posicionarse como un líder global en energías renovables, como lo demuestra el informe de Generadoras de Chile en el cual se reporta que el 70% de la electricidad generada en el país provino de fuentes renovables en 2024. Este crecimiento no solo consolida el compromiso del Estado hacia la sostenibilidad, sino que también representa una ventaja competitiva crucial en el mercado internacional, donde la demanda de energía limpia sigue en aumento.
La creciente exigencia de transparencia y rendición de cuentas es otro aspecto clave del panorama empresarial actual. Los consumidores y los inversionistas están demandando cada vez más información sobre las prácticas ESG de las empresas, un proceso que ha sido corroborado por el estudio «Empresas Sumando Valor 2024», el cual encontró que los reportes de sostenibilidad aumentaron en un 42% en el último año. Este fenómeno ha sido impulsado por regulaciones como la Norma de Carácter General 461 de la Comisión para el Mercado Financiero, que obliga a las empresas a divulgar información relevante sobre sostenibilidad. Así, la transparencia se convierte en un elemento indispensable para ganar la confianza del mercado.
Finalmente, Margarita Ducci destaca que la responsabilidad de los inversionistas y las empresas radica en ir más allá de cumplir con las normativas actuales; se trata de aprovechar la oportunidad de liderar una transformación hacia un futuro sostenible y equitativo. El desafío es plantear metas ambiciosas y adoptar criterios ESG como piezas clave en el proceso de desarrollo de las organizaciones. Al fomentar la colaboración entre el sector privado, el gobierno y la sociedad civil, podemos enfrentar los retos actuales y construir un futuro donde el éxito económico y la protección del planeta coexistan en armonía. Aquellas empresas que no se alineen con esta visión se arriesgan a quedar obsoletas en un mundo que avanza hacia la sostenibilidad.