Estudiando Nutrición, descubrió que su camino era otro y arriesgando todo, se decidió por darle una oportunidad a sus sueños, creando ─a pesar de burlas y malos augurios─ su tienda María Milagros.
Sólo bastó poco tiempo para que las clientas comenzaran a llegar gracias al boca a boca y en la actualidad, es dueña de una tienda exitosa, en donde podrán encontrar personas cercanas, que harán todo para que el vestido que buscas, sea el indicado.
Victoria sigue cumpliendo sueños a partir de su coraje y sacrificio, inclusive sumando a su vida nuevos desafíos como volver a estudiar para seguir aprendiendo sobre lo que la apasiona.
¿De dónde nacen tus ganas de emprender?
Estaba estudiando Nutrición y odiándolo todo. Como pasatiempo, empecé a hacer pulseras y venderlas en la U y, como me gusta el escándalo, le puse nombre de inmediato ─jajaja. Mi pololo influyó un montón. Él tiene su empresa hace varios años y me inspiró y ayudó mucho en el proceso.
Cuando me empezó a ir un poco mejor, decidí dejar Nutrición. Es súper difícil dejar “lo seguro” por algo que no sabes si va a resultar y que ni siquiera saber cómo funciona. El proceso fue duro, porque harta gente se burló y cuestionó mi decisión, pero era lo que yo quería, así que me armé de valor, no quedaba otra.
¿Con anterioridad, intentaste iniciar otro tipo de emprendimiento? ¿De qué trataba?
María Milagros es mi primer emprendimiento. Antes de esto, me dediqué sólo a la universidad.
¿Cómo creas María Milagros?
Como dije anteriormente, cuando estudiaba Nutrición fue cuando nació la idea de crear María Milagros. Siempre me gustó hacer bisutería y partí así, súper de la nada. Empecé a hacer pulseras y venderlas en la universidad y por la recién creada fanpage de María Milagros. Me empezó a contactar gente y empecé a vender más y todo fue creciendo súper rápido. Los vestidos vinieron después, yo me puse a estudiar diseño de moda y aprendí un montón, así que me tiré con diseño y confección de prendas.
¿Cómo ha sido la recepción del público?
¡Maravillosa! La mayor parte de las clientas son un amor. Los procesos son súper entretenidos y fáciles de llevar. Lo que sí me chocó harto del proceso de atención al cliente es el poco respeto que tiene la gente cuando se comunica por redes sociales. Al parecer, es muy fácil olvidar que detrás de la marca hay personas, pero en general, es todo muy buena onda. Al principio yo atendía a todas las chicas que querían hacerse vestidos con nosotras. A estas alturas, estamos filtrando a la clientela, para evitar pasar malos ratos (y también porque durante octubre-febrero no damos abasto con todos los pedidos).
Sé que dentro de las líneas de ropa que diseñas hay prendas de día, noche, novias, ¿cuál de todas las prendas es tu favorita para diseñar y por qué?
¡Me encantan los vestidos de novia! Pero son también los más complicados. Yo trabajo con María Paz Heisele, que es la jefa de confección y hacemos un equipo fantástico. Lo bueno es que nunca nos ha tocado una “Bridezilla”. Las novias, medias estresadas y todo, son siempre súper respetuosas con nuestro trabajo y nuestros procesos. Respondiendo a tu pregunta: mis favoritos son los de licenciatura y novia, ¡porque las chicas se van felices! Es súper gratificante saber que aportaste un poquito para hacer feliz a alguien en un día tan importante para ellas.
¿Fue difícil comenzar tu propio negocio?
Pucha, sí. Más que todo lo que involucra, creo que es porque tienes que hacer muchas cosas que no tienes idea cómo hacer. Si no tienes un buen asesor, seguro pierdes tiempo, plata y, probablemente, las ganas de seguir. Yo me hice asesorar por unos contadores maravillosos y leí mucho, porque, nos guste o no, para todo hay que estudiar. Tampoco es una tarea imposible. Si te organizas bien y le pones ganas, el proceso es hasta entretenido. Yo me equivoqué mucho. Con decir que tuve tienda en Barrio Italia, en Santiago y fue la peor decisión que pude tomar… Pero una va aprendiendo de los errores, aunque siempre hay uno nuevo a la vuelta de la esquina, jajaja. Lo importante es perder el miedo a equivocarse, los errores son los que más dejan en el proceso de aprendizaje.
¿Cuál ha sido tu mayor satisfacción con María Milagros hasta el momento?
Creo que lo máximo es que las clientas se vayan felices. María Paz y yo hacemos entrega de los vestidos y siempre que la clienta se va feliz, nos abrazamos y nos fumamos un pucho, es nuestro pequeño ritual de celebración. Un par de veces me han reconocido en la calle y obvio que una se siente como Cecilia Bolocco, es muy entretenido el proceso.
¿Cuál fue o es tu motivación para lograr tu sueño con María Milagros?
Va a sonar súper romántico (y de romántica no tengo nada), pero creo que hacer lo que te hace feliz, es algo impagable. Yo siento que ayer tenía 15 y ya este año cumplo 30, la vida pasa volando y no estoy dispuesta a hacer cosas que no quiero hacer. La María Milagros es un emprendimiento chico, súper íntimo y me gustaría que se mantuviera así. Yo soy una persona que hace ocho mil cosas a la vez (en serio, trabajo en 2 lugares más y el próximo año voy a seguir estudiando y tengo en vista mi segundo emprendimiento, así que estoy en modo organización). Para emprender es necesario moverse del escritorio, eso te lo doy firmado.
A futuro, ¿qué esperas conseguir?
Como les explicaba, estoy con muchas cosas actualmente (y me encanta), así que espero que la María Milagros siga como en estos últimos dos años para poder seguir trabajando en proyectos nuevos. Hay que ponerle sabor a la vida y mi mejor aliño es la búsqueda de nuevas oportunidades.
¿Qué les pareció la entrevista? Emprender está a la vuelta de la esquina si se lo proponen. Sólo necesitan mucho esfuerzo y dedicación.
A todas las futuras seguidoras, pueden revisar su fanpage para contactarla por sus encargos.
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